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GÁLATAS
#1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),
2) y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galicia:
3) Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo,
4) el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
5) a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
6) Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.
7) No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieran pervertir el evangelio de Cristo.
8) Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.
9) Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.
10) Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
11) Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;
12) pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13) Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;
14) y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.
15) Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
16) revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
17) ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.
18) Después pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;
19) pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacob el hermano del Señor.
20) En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento.
21) Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,
22) y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran de Cristo;
23) solamente oían decir: Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.
24) Y glorificaban a Dios en mí.
#2 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
2) Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.
3) Mas ni aún Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;
4) y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,
5) a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.
6) Pero de los que tenían reputación, de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de la reputación nada nuevo me comunicaron.
7) Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión.
8) (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),
9) y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.
10) Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuraré con diligencia hacer.
11) Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.
12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.
13) y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
14) pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
15) Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores entre los gentiles,
16) sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
17) Y si buscamos ser justificados por Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.
18) Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelve a edificar, transgresor me hago.
19) Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir por Dios.
20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
21) No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
#3 ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?
2) Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
3) ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?
4) ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano.
5) Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
6) Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.
7) Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
8) Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán bendecidas todas las naciones.
9) De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.
10) Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
11) Y por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;
12) y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
13) Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
14) para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu
15) Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.
16) Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
17) Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
18) Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.
19) Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
20) Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.
21) ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.
22) Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
23) Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.
24) De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.
25) Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,
26) pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús,
27) porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
28) Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
29) Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
#4 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
2) sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el Padre.
3) Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
4) Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
5) para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
6) Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
7) Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.
8) Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses;
9) mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
10) Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.
11) Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.
12) Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho.
13) Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio;
14) y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.
15) ¿Dónde pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos.
16) ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?
17) Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos.
18) Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
19) Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
20) quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.
21) Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
22) Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijo; uno de la esclava, el otro de la libre.
23) Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
24) Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el un proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
25) Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
26) Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
27) Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de las desoladas, que de la que tiene marido.
28) Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
29) Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según es Espíritu, así también ahora.
30) Mas ¿qué dice la Escritura? Hecha fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
31) De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
#5 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujeto al yugo de la esclavitud.
2) He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os a aprovechará Cristo.
3) Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.
4) De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5) Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;
6) porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
7) Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?
8) Esta persuasión no procede de aquel que os llama.
9) Un poco de levadura leuda toda la masa.
10) Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.
11) Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.
12) ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
13) Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.
14) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
15) Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.
16) Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
18) Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19) Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
20) idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22) Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23) mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24) Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
26) No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
#6 Hermanos, si alguno fuese sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2) Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
3) Porque el que cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.
4) Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivos de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro;
5) porque cada uno llevará su propia carga.
6) El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.
7) No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
8) Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
9) No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
10) Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
11) Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano.
12) Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.
13) Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.
14) Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
15) Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.
16) Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea en ellos, y al Israel de Dios.
17) De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.
18) Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
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EFESIOS
#1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seños Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
4) según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
5) en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
6) para alabanza de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,
7) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
8) que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
9) dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,
10) para reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
11) En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
12) a fin que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.
13) En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14) que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
15) Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos las santos,
16) no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
17) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
18) alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
19) y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
20) la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
21) sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
22) y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23) la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
#2 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2) en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3) entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
4) Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5) aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6) y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,
7) para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
8) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9) no por obras para que nadie se gloríe.
10) Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
11) Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
12) En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13) Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14) Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
15) aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos uno solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
16) y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
17) Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
18) porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19) Así que ya no soy extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
20) edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21) en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser templo santo en el Señor;
22) en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
3 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;
2) si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros;
3) que por revelación me fue declarado el ministerio, como antes lo he escrito brevemente,
4) leyendo lo cual podéis entender cuál es mi conocimiento en el misterio de Cristo,
5) misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:
6) que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio,
7) del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
8) A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
9) y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios que creó todas las cosas;
10) para que multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
11) conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,
12) en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él;
13) por lo cual pido no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
14) Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
15) de quien toma nombre toda la familia en los cielos y en la tierra,
16) para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
17) para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,
18) seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
19) y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
20) Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
21) a él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
#4 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2) con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3) solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
4) un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación,
5) un Señor, una fe, un bautismo,
6) un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
7) Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8) Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.
9) Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
10) El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.
11) Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12) a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud en Cristo;
14) para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
15) sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
16) de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
17) Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19) los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20) Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21) si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
22) En cuanta a pasada manera de vivir, despojados del viejo hombre, que está que está viciado conforme a los deseos engañosos,
23) y renovaos en el Espíritu de vuestra mente,
24) y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
25) Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
26) Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27) ni deis lugar al diablo.
28) El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29) Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30) Y cuando contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31) Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
#5 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
2) Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
3) Pero fornicación, y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
4) ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
5) Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
6) Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia.
7) No seáis, pues, partícipes con ellos.
8) Porque en otro tiempo eráis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
9) (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
10) comprobando lo que es agradable al Señor.
11) Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
12) porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
13) Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
14) Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
15) Mirad, pues, con diligencia cómo andáis, no como necios sino como sabios,
16) aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
17) Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
18) No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
19) hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
20) dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
21) Someteos unos a otros en el temor de Dios.
22) Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;
23) porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él su salvador.
24) Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
25) Maridos, amad a vuestra mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26) para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27) a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
28) Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, así mismo se ama.
29) Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
30) porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31) Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
32) Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
33) Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
#6 Hijos, obedeced en el Señor a vosotros padres, porque esto es justo.
2) Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
3) para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
4) Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
5) Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
6 no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
7) sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
8) sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
9) Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.
10) Por lo demás, hermanos míos, fortaleceros en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11) Vestíos de la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.
12) Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13) Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado, estar firmes.
14) Estad, pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15) y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16) Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17) Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18) orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19) y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20) por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
21) Para que también vosotros sepáis mis asuntos, y lo que hago, todo os lo hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro en el Señor,
22) el cual envié a vosotros para esto mismo, para que sepáis lo tocante a nosotros, y que consuele vuestros corazones.
23) Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
24) La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén.
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FILIPENSES
#1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:
2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3) Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
4) siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,
5) por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora;
6) estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
7) y como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en mi corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
8) Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.
9) Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,
10) para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros y irreprensibles para el día de Cristo,
11) llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
12) Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio,
13) de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás.
14) Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar de la palabra sin temor.
15) Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad.
16) Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones;
17) pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para defensa del evangelio.
18) ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas manera, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.
19) Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación,
20) conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
21) Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
22) Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
23) Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
24) pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
25) Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe,
26) para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros.
27) Solamente que os comportéis como es digno de evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio,
28) y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios.
29) Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
3) teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que está en mí.
#2 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,
2) completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
3) Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
4) no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
5) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6) el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7) sino que se despojó a sí mismo, tomado forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8) y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9) Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10) para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11) y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
12) Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
13) porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
14) Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
15) para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
16) asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.
17) Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo en todos vosotros.
18) Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.
19) Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado;
20) pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros.
21) Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
22) Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.
23) Así que a éste espero enviaros, luego que yo vea cómo van mis asuntos;
24) y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.
24) Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;
26) porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado.
27) Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
28) Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza.
29) Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él;
30) porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí.
#3 Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
20) Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.
3) Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
4) Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
5) circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
6) en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
7) Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
8) Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdidas por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo ha perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
9) y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
20) a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en la muerte,
11) si de alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
12) No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
14) prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
15) Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
16) Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
17) Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
18) Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
19) el fin de los cuales será perdición; cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que solo piensa en lo terrenal.
20) Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
21) el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
#4 Así que, hermanos míos amados y deseado, gozo y corona mía, estad así firmes en el Seños, amados.
2) Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.
3) Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, suyos nombres están en el libro de la vida.
4) Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
5) Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
6) Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7) Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
8) Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
9) Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
10) En gran manera me gocé en el Señor de que ya al final habéis revivido vuestros cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad.
11) No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera a que sea mi situación.
12) Se vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
13) Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
14) Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación.
15) Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;
16) pues aun en Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.
17) No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.
18) Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafridito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
19) Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
20) Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
21) Saludad a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo os saludan
22) Todos los santos os saludan, y especialmente los de la casa de César.
23) La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
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