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ESDRAS
1 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:
2) Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.
3) Quien hay entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa de Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.
4) Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.
5) Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.
6) Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganados, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.
7) Y el rey Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa de sus dioses.
8) Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.
9) Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,
10) treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios.
11) Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.
#2 Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;
2) los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum, y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel:
3) Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
4) Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
5) Los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco.
6) Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Josúa y de Joab, dos mil ochocientos doce.
7) Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
8) Los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco.
9) Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.
10) Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos.
11) Los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés.
12) Los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós.
13) Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis.
14) Los hijos de Bigvaí, dos mil cincuenta y seis.
15) Los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro.
16) Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
17) Los hijos de Bezai, trescientos veintitrés.
18) Los hijos de Jora, ciento doce.
19) Los hijos de Hasum, doscientos veintitrés.
20) Los hijos de Gibar, noventa y cinco.
21) Los hijos de Belén, ciento veintitrés.
22) Los varones de Netofa, cincuenta y seis.
23) Los varones de Anatot, ciento veintiocho.
24) Los hijos de Azmavet, cuarenta y dos.
25) Los hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.
26) Los hijos de Ramá y geba, seiscientos veintiuno.
27) Los varones de Micmas, ciento veintidós.
28) Los varones de Bet-el y Hai, doscientos veintitrés.
29) Los hijos de Nebo, cincuenta y dos.
30) Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis.
31) Los hijos de otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
32) Los hijos de Harim, trescientos veinte.
33) Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veinticinco.
34) Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
35) Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.
36) Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Josúa, novecientos setenta tres.
37) Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.
38) Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.
39) Los hijos de Harim, mil diecisiete.
40) Los levitas: los hijos de Josúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.
41) Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veintocho.
42) Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y nueve.
43) Los sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos deHasufa, los hijos de Tabaot,
44) los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,
45) los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub,
46) los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de de Hanán,
47) los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía,
48) los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam,
49) los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai,
50) los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim,
51) los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,
52) los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,
53) los hijos de Barco, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,
54) los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.
55) Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda,
56) los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,
57) los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami.
58) Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
59) Estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Irmer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel:
60) los hijos de Dalaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
61) Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai galaadita, y fue llamado por nombre de ellas.
62) Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio,
63) y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.
64) Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
65) sin contar sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.
66) Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulas, doscientos cuarenta y cinco;
67) sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
68) Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.
69) Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.
70) Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.
#3 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombres en Jerusalén.
2) Entonces se levantó Jesúa hijo de Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.
3) Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde.
4) Celebraron asimismo la fiesta solemne de los tabernáculos, como está escrito, y los holocaustos cada día por orden conforme al rito, cada cosa en su día;
5) además de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, y todas las fiestas solemnes de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, toda ofrenda voluntaria a Jehová.
6) Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.
7) Y dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida, bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen madera de cedro desde el Líbano por el mar a Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.
8) En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen la obra de la casa de Jehová.
9) Jesúa también, sus hijos y sus hermanos, Cad-miel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo hombres asistían para activar a los que hacían la obra en la casa de Dios, junto con los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas.
10) Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel.
11) Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.
12) Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.
13) Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos.
#4 Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,
2) vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.
3) Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de casas paternas de Israel Dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el Ciro, rey de Persia.
4) Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.
5) Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.
6) Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y Jerusalén.
7) También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo.
8) Rehum canciller y Simsai secretario escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes.
9) En tal fecha escribieron Rehum canciller y Simsai secretario, y los demás compañeros suyos los jueces, gobernadores y oficiales, y los de Persia, de Erec, de Babilonia, de Susa, esto es, los elamitas,
10) y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias del otro lado del río.
11) Y esta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te saludan.
12) Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos.
13) Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado.
14) Siendo que nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey,
15) para que se busque en el libro de las memorias de tus padres. Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones, por lo que esta ciudad fue destruida.
16) Hacemos saber al rey que si esta ciudad fuere reedificada, y levantados sus muros, la región de más allá del río no será tuya.
17) El rey envió esta respuesta: A Rehum canciller, a Simsai secretario, a los demás compañeros suyos que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Salud y paz.
18) La carta que nos enviasteis fue leída claramente delante de mí.
19) Y por mí fue dada orden y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes y se rebela, y se forma en ella sedición;
20) y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas.
21) Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea dada nueva orden.
22) Y mirad que no seáis negligentes en esto; ¿por qué habrá de crecer el daño en perjuicio de los reyes?
23) Entonces cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y fuerza.
23) Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.
#5 Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos.
2) Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.
3) En aquel tiempo vino a ellos Tatnai gobernados del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa y levantar estos muros?
4) Ellos también preguntaron: ¿Cuáles son los nombres de los hombres que hacen este edificio?
5) Mas los ojos de Dios estaba sobre los ancianos de de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.
6) Copia de la carta que Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros que estaban al otro lado del río, enviaron a Darío.
7) Le enviaron carta, y así estaba escrito en ella: Al rey Darío toda paz.
8) Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera en sus manos.
9) Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio orden de edificar esta casa y para levantar estos muros?
10) Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los hombres que estaban a la cabeza de ellos.
11) Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años atrás antes había sido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey de Israel.
12) Mas después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevó cautivo al pueblo a Babilonia.
13) Pero en el año primero de Ciro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que esta casa de Dios fuese reedificada.
14) También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador;
15) y le dijo: Toma estos utensilios, ve, y llévalos al templo que está en Jerusalén, y sea reedifica la casa de Dios en su lugar.
16) Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está concluida.
17) Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro había sido dada la orden para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén, y se nos envíe a decir la voluntad del rey sobre esto.
#6 Entonces el rey Darío dio la orden de buscar en la casa de los archivos, donde guardaban los tesoros allí de Babilonia.
2) Y fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la provincia de Media, un libro en el cual estaba escrito así: Memoria:
3) En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;
4) y tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey.
5) Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a su lugar, al templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de Dios.
6) Ahora, pues, Tatnai gobernador del otro lado del río, Setar-boznai, y vuestros compañeros los gobernadores que estáis al otro lado del río, alejaos de allí.
7) Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar.
8) Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda al rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra.
9) Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno,
10) Para que ofrezcan sacrificios agradables al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos.
11) También por mí es dada orden, que cualquiera que alter este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él y su casa sea hecha muladar por esto.
12) Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente.
13) Entonces Tatnai gobernador del otro lado del río, y Star-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según el rey Darío había ordenado.
14) Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío y de Artajerjes rey de Persia.
15) Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío.
16) Entonces los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que habían venido de la cautividad, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo.
17) Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel.
18) Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a los levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.
19) También los hijos de la cautividad celebraron la pascua a los catorce días del mes primero.
20) Porque los sacerdotes y los levitas se habían purificado a una; todos estaban limpios, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos.
21) Comieron los hijos de Israel que habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel.
22) Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete días, por cuanto Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.
#7 Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías,
2) hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob,
3) hijos de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Merait,
4) hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui,
5) hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote,
6) este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.
7) Y con él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel, y de los sacerdotes levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo, en el séptimo año del rey Artajerjes.
8) Y llegó a Jerusalén en el mes quinto del año séptimo del rey.
9) Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios.
10) Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
11) Esta es la copia de la carta que dio al rey Artajerjes al sacerdote Esdras, escriba versado en los mandamientos de Jehová y en sus estatutos:
12) Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz.
13) Por mí es dada orden que de todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya.
14) Porque de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a visitar a Judea y a Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano;
15) y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén,
16) y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que voluntariamente ofrecieren para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.
17) Comprarás, pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros y corderos, con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén.
18) Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca hacer de la otra plata y oro, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios.
19) Los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, los restituirás delante de Dios en Jerusalén.
2) Y todo lo que se requiere para la casa de tu Dios, que te sea necesario dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey.
21) Y por mí, Artajerjes rey, es dada orden a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente,
22) hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cine de batos de vino, y cien batos de aceite; y sal sin medida.
23) Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente para la casa del Dios del cielo; pues, ¿Por qué habría ser su ira contra el reino del rey y de sus hijos?
24) Y a vosotros os hacemos saber que a todos los sacerdotes y levitas, cantores, porteros sirvientes del templo y ministros de la casa de Dios, ninguno podrá imponerles tributo, contribución ni renta.
25) Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y gobernadores que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conoce, le enseñarás.
26) Y cualquiera que no cumpliese la ley de tú Dios, y la ley del rey, sea juzgado prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión.
27) Bendito sea Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén,
28) e inclinó sobre mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí, reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.
#8 Estos son los jefes de casas paternas, y la genealogía de aquellos que subieron conmigo de Babilonia, reinado el rey Artajerjes:
2) De los hijos de Finees, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Hatús.
3) De los hijos de Secanías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, en la línea de varones, ciento cincuenta.
4) De los hijos de Pahat-moab, Elioenai hijo de Zeraías, y con él doscientos varones.
5) De los hijos de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con trescientos varones.
6) De los hijos de Adín, Ebed hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones.
7) De los hijos de Elam, Jesaías hijo de Atalías, y con él setenta varones.
8) De los hijos de Sefatías, Zebadías hijo de Micael, y con él ochenta varones.
9) De los hijos de Joab, Obadías hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones.
10) De los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones.
11) De los hijos de Bebai, Zacarías hijo de Bebai, y con él veintiocho varones.
12) De los hijo de Azgad, Johanán hijo de Hacatán, y con él ciento diez varones.
13) De los hijos de Adonicám, los postreros, cuyos nombres son estos: Elifelet, Jeiel y Semaías, y con ellos sesenta varones.
14) Y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, con ellos sesenta varones.
15) Los reuní junto al río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé a los hijos de Leví.
16) Entonces despaché a Eliezer, Ariel, Semaías, Elnatán, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, hombres principales, asimismo a Joiarib y a Elnatán, hombres doctos;
17) y los envié a Iddo, jefe en el lugar llamado Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los sirvientes del templo en el lugar llamado Casifia, para que nos trajesen ministros para la casa de nuestro Dios.
18) Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros, un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví, hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho;
19) a Hasabías, y con él a Jesaías de los hijos de Marari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;
20) y de los sirvientes del templo, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos los cuales fueron designados por sus nombres.
21) Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.
22) Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.
23) Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.
24) Aparté luego a doce de los principales de los sacerdotes, a Serebías y a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos;
25) y les pesé la plata, el oro y los utensilios, ofrenda que para la casa de nuestro Dios habían ofrecido el rey y sus consejeros y sus príncipes, y todo Israel allí presente.
26) Pesé, pues, en mano de ellos seiscientos cincuenta talentos de plata, y utensilios de plata por cien talentos, y cien talentos de oro;
27) además, veinte tazones de oro de mil dracmas, y dos vasos de bronce bruñido muy bueno, preciados como el oro.
28) Y les dije: Vosotros estáis consagrados a Jehová, y son santos los utensilios, y la plata y el oro, ofrenda voluntaria a Jehová Dios de nuestros padres.
29) Vigilad y guardadlos, hasta que los peséis delante de los príncipes de los sacerdotes y levitas, y de los jefes de las casa paternas de Israel en Jerusalén, en los aposentos de la casa de Jehová.
30) Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.
31) Y partimos del río Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba con nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.
32) Y llegamos a Jerusalén, y reposamos allí tres días.
33) Al cuarto día fue luego pasada la plata, el oro y los utensilios, en la casa de nuestro Dios, por mano del sacerdote Meremot hijo de Urías, y con él Eleazar hijo de Finees; y con ellos Jozabad hijo de Jesúa y Noadías hijo de Binúi, levitas.
34) Por cuenta y por peso se entregó todo, y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo.
35) Los hijos de la cautividad, los que habían venido del cautiverio, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y seis corderos, y doce machos cabríos por expiación, todo en holocausto a Jehová.
36) Y entregaron los despachos del rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río, los cuales ayudaron al pueblo y a la casa de Dios.
#9 Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferzeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hace conforme a sus abominaciones.
2) Porque ha tomado de las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.
3) Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo.
4) Y se me juntaron todos los que temían las palabras de Dios del Israel, a causa de la prevaricación de los del cautiverio; mas yo estuve muy angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde.
5) Y a la hora del sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos a Jehová mi Dios,
6) y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.
7) Desde los días de nuestros padres hasta este día henos vivido en gran pecado; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a espada, a cautiverio a robo, y a vergüenza que cubre nuestro rostro, como hoy día.
8) Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.
9) Porque siervos somos; mas en nuestra servidumbre no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos protección en Judá y Jerusalén.
10) Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos,
11)que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de aquellas regiones, por las abominaciones de que la han llenado de uno a otro extremo con su inmundicia..
12) Ahora, pues, no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis jamás su paz ni su prosperidad; para que seáis fuertes y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos para siempre.
13) Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro gran pecado, ya que tú, Dios nuestro, no nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades, y nos diste un remanente como este,
14) ¿hemos de volver a infringir tus mandamientos, y a emparentar con pueblos que cometen estas abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni quien escape?
15) Oh Jehová Dios de Israel, tú eres justo, puesto que hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día. Henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto.
#10 Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente.
2) Entonces respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos pecado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra; mas a pesar de esto, aún hay esperanza para Israel.
3) Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi seño y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.
4) Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.
5) Entonces se levantó Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron.
6) Se levantó luego Esdras de delante de la casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció a causa del pecado de los del cautiverio.
7) E hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén que todos los hijos del cautiverio se reuniesen en Jerusalén;
8) y que el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su hacienda, y el tal fuese excluido de la congragación de los del cautiverio.
9) Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén dentro de tres días, a los veinte días del mes, que era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel asunto, y a causa de la lluvia.
10) Y se levantó el sacerdote Esdras y les dijo: Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis mujeres extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel.
11) Ahora, pues, dad gloria a Jehová Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras.
12) Y respondió toda la asamblea, y dijeron en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra.
13) Pero el pueblo es mucho, y el tiempo lluvioso, y no podemos estar en la calle; ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que hemos pecado en esto.
14) Sean nuestros príncipes los que se queden en lugar de toda la congregación, y todos aquellos que en nuestras ciudades hayan tomado mujeres extranjeras, vengan en tiempos determinados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el ardor de la ira de nuestro Dios sobre nosotros.
15) Solamente Jonatán hijo de Asael y Jahazías hijo de Ticva se opusieron a esto, y los levitas Mesulam y Sabetal les ayudaron.
16) Así hicieron los hijos del cautiverio. Y fueron apartados el sacerdote Esdras, y ciertos varones jefes de casas paternas según sus casas paternas; todos ellos por sus nombres se sentaron el primer día del mes décimo para inquirir sobre el asunto.
17) Y terminaron el juicio de todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras, el primer día del mes primero.
18) De los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras, fueron hallados estos; De los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías.
19) Y dieron su mano en promesa de que despedirían sus mujeres, y ofrecieron como ofrenda por su pecado un carnero de los rebaños por su delito.
20) De los hijos de Imer: Hanani y Zebadías.
21) De los hijos de Harim: Maasías, Elías, Semaías, Jehiel y Uzías.
22) De los hijos de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa.
23) De los hijos de los levitas: Jozabad, Simei, Kelaía (éste es Kelita), Petaías, Judá y Eliezer.
24) De los cantores: Eliasib; y de los porteros: Salum, Telem y Uri.
25) Asimismo de Israel: De los hijos de Paros: Ramía, Jezías, Malaquías, Mijamím, Eleazar, Malquías y Benaía.
26) De los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdí, Jeremot y Elías.
27) De los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad y Aziza.
28) De los hijos de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai y Atlai.
29) De los hijo de Bani: Mesulam, Maluc, Adaía, Jasub, Seal y Ramot.
30) De los hijo de Pahat-moab: Adna, Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés.
31) De los hijos de Harim: Eliezer, Isaías, Malaquías, Semaías, Simeón,
32) Benjamín, Maluc y Semarías.
33) De los hijos de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés y Simei.
34) De los hijo de Bani: Madai, Amram, Uel,
35) Benaía, Bedías, Quelúhi,
36) Venaías, Meremot, Eliasib,
27) Matanías, Meteanai, Jaasai,
38) Bani, Binúi, Simei,
39) Selemías, Natán, Adaía,
40) Macnadebai, Sasai, Sarai,
41) Azareel, Selemías, Semarías,
42) Salum, Amarías y José.
43) Y de los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía.
44) Todos estos habían tomado mujeres extranjeras; y había mujeres de ellos que habían dado a luz hijos.
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NEHEMÍAS
#1 Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,
2) que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
3) Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuegos.
4) Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.
5) Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos.;
6) esté ahora atento tu oído y abierto tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
7) En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo.
8) Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos;
9) pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
10) Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa.
11) Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.
#2 Sucedió que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,
2) me dijo el rey: Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera.
3) Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego?
4) Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,
5) y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
6) Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé el tiempo.
7) Además yo le dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;
8) y la carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puestas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de Dios sobre mí.
9) Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
10) Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.
11) Llegué pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días,
12) me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno los que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.
13) Y salí de noche por la puerta del valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.
14) Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que me iba.
15) Y subí de noche por la torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví.
16) Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
17) Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.
18) Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido puesta sobre mí, y asimismo las palabras que el rey había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.
19) Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? Os rebeláis contra el rey?
20) Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria de Jerusalén.
#3 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hannaneel.
2) Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri.
3) Los hijos de Senaa edificaron la puerta del pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.
4) Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana.
5) E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se presentaron para ayudar a la obra de su Señor.
6) La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras.
7) Junto a ellos restauró Melatías gabaonita y Jadón meronotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.
8) Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de los plateros, junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho.
9) Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén.
10) Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús hijo Hasabnías.
11) Malquías hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat-moab restauraron otro tramo, y la torre de los Hornos.
12) Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.
13) La puerta del valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mol codos del muro, hasta la puerta del Muladar.
14) Reedificó la puerta del Muladar Malquías hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.
15) Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.
16) Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.
17) Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región.
18) Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la región de Keila.
19) Junto a él restauró Ezer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina.
20) Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote.
21) Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de Eliasib.
22) Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la llanura.
23) Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.
24) Después de él restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina.
25) Palai hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de las casa del rey, que está en el patio de la cárcel, Después de él, Pedaías hijo de Faros.
26) Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.
27) Después de ellos restauraron los tacoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.
28) Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.
29) Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental.
30) Tras él Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesalum hijo de Berequías, enfrente de su cámara.
31) Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.
32) Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.
#4 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.
2) Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
3) Y estaba junto a él Tobís amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiese una zorra lo derribará.
4) Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio.
5) No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edifican.
6) Edifiquemos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.
7) Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes , los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho;
8) y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.
9) Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.
10) Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
11) Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.
12) Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
13) Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.
14) Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaros del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
15) Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.
16) Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.
17) Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
18) Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.
19) Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.
20) En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
21) Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.
22) También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
23) Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.
#5 Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos.
2) Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos, y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir.
3) Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre.
4) Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas.
5) Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidades de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.
6) Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras.
7) Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,
8) y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder.
9) Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?
10) También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen.
11) Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés.
12) Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto.
13) Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, u así sea sacudido y vacio. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto.
14) También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.
15) Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.
16) También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra.
17) Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban en mi mesa.
18) Y lo que se preparaba cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.
19) Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.
#6 Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas),
2) Sanbalat yGesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal.
3) Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obre, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.
4) Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera.
5) Entonces Sanbalat envió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano,
6) en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gamu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú rey;
7) y que has puesto profetas que proclaman acerca de ti en Jerusalén, diciendo: ¡Hay rey en Judá! Y ahora serán oídas del rey las tales palabras; ven, por tanto, y consultemos juntos.
8) Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas.
9) Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos.
10 Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.
11) Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré.
12) Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbatal lo habían sobornado.
13) Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado.
14) Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbatal, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo.
15) Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.
16) Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.
17) Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías, y las de Tobías venían a ellos.
18) Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías.
19) También contaban delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.
#7 Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron señalados porteros y cantores y levitas,
2) mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque este era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos);
3) y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí, cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa.
4) Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas.
5) Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así:
6) Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivos Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad,
7) los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mordoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel:
8) Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
9) Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
10) Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos.
11) Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho.
12) Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
13) Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco.
14) Los hijos de Zacai, setecientos setenta.
15) Los hijos de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho.
16) Los hijos de Bebai, seiscientos veintiocho.
17) Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos veintidós.
18) Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete.
19) Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete.
20) Los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco.
21) Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
22) Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho.
23) Los hijos de Bazai, trescientos veinticuatro.
24) Los hijos de Harif, ciento doce.
25) Los hijos de Gabaón, noventa y cinco.
26) Los varones de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho.
27) Los varones de Anatot, ciento veintiocho.
28) Los varones de Bet-azmavet, cuarenta y dos.
29) Los varones de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.
30) Los varones de Ramá y de Geba, seiscientos veintiuno.
31) Los varones de Micmas, ciento veintidós.
32) Los varones de Bet-el y de Hai, ciento veintitrés.
33) Los varones del otro Nebo, cincuenta y dos.
34) Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
35) Los hijos de Harim, trescientos veinte.
36) Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
37) Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiuno.
38) Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta.
39) Sacerdotes: los hijos de Jedaía, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.
40) Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.
41) Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.
42) Los hijos de Harim, mil diecisiete.
43) Levitas: los hijo de Jesúa, de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.
44) Cantores: los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho.
45) Porteros: Los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de de Hatita y los hijos de Sibai, ciento treinta y ocho.
46) Sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,
47) los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,
48) los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Salmai,
49) los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los hijos de Gahar,
50) los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos de Necoda,
51) los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos de Peseah,
52) los hijos de Besai, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefisesim,
53) los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,
54) los hijos de Bazlut, los hijos de Mehida, los hijos dde Harsa,
55) los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,
56) los hijos de Nezía, y los hijos de Hatifa.
57) Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida,
58) los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,
59) los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón.
60) Todos los sirvientes del templo e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
61) Y estos son los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su genealogía, si eran de Israel:
62) los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
63) Y de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai galaadita, y se llamó del nombre de ellas.
64) Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluido del sacerdocio,
65) y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.
66) Y toda la congregación junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
67) sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entres ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
68) Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;
69) camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
70) Algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obre. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.
71) Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata.
72) Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
73) Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades. Venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades;
#8 y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.
2) Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congragación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.
3) Y leyó el libre delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
4) Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Ananías, Urías, Hilcías, y Maasías a su mano derecha; a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.
5) Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.
6) Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.
7) Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jo zabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.
8) Y leían el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.
9) Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, no lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.
10) Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.
11) Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis.
12) Y todo el pueblo fue a comer y beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían ensañado.
13) Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley.
14) Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo;
15) y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivos, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.
16) Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta d Efraín.
17) Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en los tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grade.
18) Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue solemne asamblea según el rito.
#9 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.
2) Y ya se había separado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.
3) Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová.
4) Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jeúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebaías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios.
5) Y Dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestros Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza.
6) Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que está en ellos; y tú vivificas todas las cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.
7) Tú eres, oh Jehová el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre de Abraham;
8) y halaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.
9) Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;
10) e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.
11) Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él seco, y a sus perseguidores echaste de las profundidades, como una piedra en profundas aguas.
12) Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.
13) Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos,
14) y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley.
15) Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.
16) Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.
17) No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a la servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piados, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.
18) Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones,
19) tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
20) Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.
21) Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.
22) Y les distes reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán.
23) Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.
24) Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran.
25) Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y munchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en gran bondad.
26) Pero te provocaron a la ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.
27) Entonces le entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvaren de mano de sus enemigos.
28) Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en manos de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra veza a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste.
29) Los amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.
30) Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en manos de los pueblos de la tierra.
31) Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, no los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.
32) Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día,
33) Pero tú eres justo en todo los que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.
34) Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y tus testimonios con que les amonestabas.
35) Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.
36) He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto.
37) Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorearon con nuestros cuerpos, y sibre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.
38) A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.
#10 Los que firmaron fueron: Nehemías el gobernador, hijo de Hacalías, y Sedequías,
2) Sereías, Azarías, Jeremías,
3) Pasur, Amarías, Malquías,
4) Hatús, Sebanías, Maluc,
5) Harim, Meremot, Obadías,
6) Daniel, Ginetón, Baruc,
7) Mesulam, Abadías, Mijamín,
8) Maazías, Bilgai y Semaías; éstos eran sacerdotes.
9) Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad, Cadmiel,
10) y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán,
11) Micaía, Rehob, Hasabías,
12) Zacur, Serebías,
13) Hdías, Bani, Beninu.
14) Los cabezas del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani,
15) Buni, Azgad, Bebai,
16) Adonías, Bigvai, Adín,
17) Ater, Ezequías, Azur,
18) Hodías, Hasum, Bezai,
19) Harif, Ananot, Nebai,
20) Magpías, Mesulam, Hezir,
21) Mesezabeel, Sadoc, Jadúa,
22) Pelatías, Hanán, Anaías,
23) Oseas, Hananías, Hasub,
24) Halohes, Pilha, Sobec,
25) Rehum, Hasabna, Maasías,
26) Haías, Hanán, Anán,
27) Maluc, Harim y Baana.
28) Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento
29) se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.
30) Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.
31) Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda.
32) Nos impusimos además por ley, cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios;
33) para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los días de reposo, las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de Dios.
34) Echamos también suerte los sacerdotes, los levitas y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados casa año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como está escrito en la ley.
35) Y que cada año traeríamos a la casa de Jehová las primicias de nuestra tierra, y las primicias del fruto de todo árbol.
36) Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios;
37) que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios; y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades;
38) y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.,
39) Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.
#11 Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; más el resto del pueblo echó a suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades.
2) Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén.
3) Estos son los jefes de la provincia que moraron en Jerusalén; pero en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión, en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes y levitas, los sirvientes del templo y los hijos de los siervos de Salomón.
4) En Jerusalén, pues, habitaron algunos de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijos de Sefatías, hijo de Mahlaleel, de los hijos de Fares,
5) y Maasías hijo de Baruc, hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloni.
6) Todos los hijos de Fares que moraron en Jerusalén fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres fuertes.
7) Estos son los hijos de Benjamín: Salú hijo de Mesalum, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías.
8) Y tras él Gabai y Salai, novecientos veintiocho.
9) Y Joel hijo de Zicri era el prefecto de ellos, y Judá hijo de Senúa el segundo en la ciudad.
10) De los sacerdotes: Jedaías hijo de Loiarib, Jaquín,
11) Seraías hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, príncipe de la casa de Dios,
12) y sus hermanos, los que hacían la obra de la casa, ochocientos ventidos; y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías,
13) y sus hermanos, jefes de familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Masilemot, hijo de Imer,
14) y sus hermanos, hombres de gran vigor, ciento veintiocho, el jefe de los cuales era Zabdiel hijo de Gedolim.
15) De los levitas: Semaías hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni;
16) Sabetai y Jozabad, de los principales de los levitas, capataces de la obra exterior de la casa de Dios;
17) y Matanías hijo de Micía, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; Bacbuquías el segundo de entres sus hermanos; y Abda hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún.
18) Todos los levitas en la santa ciudad eran doscientos ochenta y cuatro.
19) Los porteros, Acub, Talmón y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.
20) Y el resto de Israel, de los sacerdotes y de los levitas, en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad.
21) Los sirvientes del templo habitaban en Ofel; y Ziha y Gispa tenían autoridad sobre los sirvientes del templo.
22) Y el jefe de los levitas en Jerusalén era Uzi hijo de Bani, Hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijos de Macaía, de los hijos de Asaf, cantores, sobre la obra de la casa de Dios.
23) Porque había mandamiento del rey acerca de ellos, y distribución para los cantores para cada día.
24) Y Petaías hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera hijo de Judá, estaba al servicio del rey en todo negocio del pueblo.
Lo tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba sus aldeas, en Dibón y sus aldeas, en Jecabseel y sus aldeas,
25) en Jesúa, Molada y Bet-pelet,
27) en Hazar-sual, en Beerseba y sus aldeas,
28) en Siclag, en Mecona y sus aldeas,
29) en En-rimón, en Zora, en Jarmut,
30) en Zanoa, en Adulam y sus aldeas, en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y Habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.
31) Y los hijos de Benjamím habitaron desde Geba, en Micmas, en Aía, en Bet-el y sus aldeas,
32) en Ananot, Nob, Ananías,
33) Hazor, Ramá, Gitaim,
34) Hadid, Seboim, Nebalat,
35) Lod, y Ono, valle de los arrecifes;
36) y algunos de los levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín.
#12 Estos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras.
2) Amarías, Maluc, Hatú,
3) Secanías, Rehum, Meremot,
4) Iddo, Gineto, Abías,
5) Mijamín, Maadías, Bilga,
6) Semaaías, Joiarib, Jedaías,
7) Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos eran los príncipes de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa.
8) Y los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza.
9) Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, cada cual en su ministerio.
10) Jesúa engendró a Joiacim, Y Joiacim engendró a Eliasib, y Eliasib engendró a Joiada;
11) Joiada engendró a Jonatán, y Jonatán engendró a Jadúa.
12) Y en los días de Joiacim los sacerdotes jefes de familias fueron: de Seraías, Meraías; de jeremías, Hananías;
13) de Esdras, Mesulam; de Amarías, Johanán;
14) de Melicú, Jonatán; de Sabanías, José;
15) de Harim, Adna; de Meraiot, Helcai;
16) de Iddo, Zacarías; de Ginetón Mesulam;
17) de Abías, Zicri; de Miniamín, de Moadías,
Piltai;
18) de Bilga, Samúa; de Semías, Jonatá;
19) de Joiarib, Matenai; de Jedaías, Uzu;
20) de Salai, Calai; de Amoc, Eber;
21) de Hilcías, Hasabías; de Jedaías, Natanael.
22) Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, de Johanán y de Jadúa fueron inscritos por jefes de familias; también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa.
23) Los hijos de Leví, jefes de familias, fueron inscritos en el libro de las crónicas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib.
24) Los principales de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de Cadmiel, y sus hermanos delante de ellos, para alabar y dar gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando su turno.
25) Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub, guardas, eran porteros para la guardia a las entradas de las puestas.
26) Estos fueron en los días de Joiacim hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador Nehemías y el sacerdote Esdras, escriba.
27) Para la dedicación del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas todos sus lugares para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y cítaras.
28) Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la región alrededor de Jerusalén como de las aldeas de los netofatitas;
29) y de la casa de Gilgal, y de los campos de Geba y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.
30) Y se purificaron los sacerdotes y los levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro.
31) Hice luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre el muro, hacia la puerta del Muladar.
32) E iba tras de ellos Osaías con la mitad de los príncipes de Judá,
33) y Azarías, Esdras, Mesulam,
34) Judá y Benjamín, Semaías y Jeremías.
35) Y de los hijos de los sacerdotes iban con trompetas Zacarías hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, hijo de Asaf;
36) y de sus hermanos Semaías, Azarael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los instrumentos musicales de David varón de Dios; y el escriba Esdras delante de ellos.
37) Y a la puerta de la Fuente, en frente de ellos, subieron por las gradas de la cuidad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas, al oriente.
38) El segundo coro iba del lado opuesto, y yo en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la torre de los Hornos hasta el muro ancho;
39) y desde la puerta de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de la Cárcel.
40) Llegaron luego los dos coros a la casa de Dios; y yo, y la mitad de los oficiales conmigo,
41) y los sacerdotes Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas;
42) y Maasías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías era el director.
43) Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos.
44) En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.
45) Y habían cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la expiación, como también los cantores y los porteros, conforme al estatuto de David y de Salomón su hijo.
46) Porque desde el tiempo de David y de Asaf, ya de antiguo, había un director de cantores para los cánticos y alabanzas y acción de gracias a los cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios
47) Y todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías daba alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día; consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas consagraban parte a los hijos de Aarón.
#13 Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo, y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no debían entrar jamás en la congregación de Dios,
2) por cuanto no salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que dieron dinero a Balaam para que los maldijera; mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición.
3) Cuando oyeron, pues, la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros.
4) Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías,
5) y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano, del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas, a los cantores y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes.
6) Mas a todo esto yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo de algunos pedí permiso al rey
7) para volver a Jerusalén; y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de la casa de Dios.
8) Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara,
9) y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso.
10) Encontré asimismo que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido cada uno a su heredad.
11) Entonces reprendí a los oficiales, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní y los puse en sus puestos.
12) Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, a los almacenes.
13)Y puse por mayordomos de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y de los levitas a Padías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y ellos tenían que repartir a sus hermanos.
14) Acuérdate de mí, oh Dios, en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la casa de mi Dios, y en su servicio.
15) En aquellos días vi en Judá algunos que pisaban en lagares en el día de reposo, y que acarreaban hace, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones.
16) También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén.
17) Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es este que vosotros hacéis, profanado así el día de reposo?
18) ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?
19) Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de reposo no introdujeran carga.
20) Y quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía.
21) Y les amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo.
22) Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día de reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.
23) Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas;
24) y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban conforme a la lengua de cada pueblo.
25) Reñí con ellos, y los maldije, y herí a alguno de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.
26) ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.
27) ¿Y obedeceremos a vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras?
28) Y uno de los hijos de Joiada hijo del sumo sacerdote Eliasib era yerno de Sanabalat horonita; por tanto, lo ahuyenté de mí.
29) Acuérdate de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio, y el pacto del sacerdocio y de los levitas.
30) Los limpié, pues, de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos, a cada uno en su servicio;
31) y para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de mí, Dios mío, para bien.
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ESTER
#1 Aconteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias,
2) que en aquellos días, cuando fue afirmado el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual estaba en Susa capital del reino,
3) en el tercer año de su reinado hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo delante de él a los más poderosos de Persia y de Media, gobernadores y príncipes de provincias,
4) para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder, por muchos días, ciento ochenta días.
5) Y cumplidos estos días, hizo el rey otro banquete por siete días en el patio del huerto del palacio real a todo el pueblo que había en Susa capital del reino, desde el mayor hasta el menor.
6) El pabellón era de blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y púrpura en anillos de palta y columnas de mármol; los reclinatorios de oro y de plata, sobre losado de pórfido y de mármol, y de alabastro y de jacinto.
7) Y daban de beber en vasos de oro, y vasos diferentes unos de otros, y mucho vino real, de acuerdo con la generosidad del rey.
8) Y la bebida era según esta ley: Que nadie fuese obligado a beber; porque así lo había mandado el rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciese según la voluntad de cada uno.
9) Asimismo la reina Vasti hizo banquete para las mujeres, en la casa real del rey Asuero.
10) El séptimo día, estando el corazón del rey alegre de vino, mandó a Mehumán, Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar, y Carcas, siete eunucos que servían delante del rey Asuero.,
11) que trajesen a la reina Vasti a la presencia del rey con la corana regia, para mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era hermosa.
12) Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden del rey enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó mucho, y se encendió en ira.
13) Preguntó entonces el rey a los sabios que conocían los tiempos (porque así acostumbraba el rey con todos los que sabían la ley y el derecho;
14) y estaban junto a él Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían la cara del rey, y se sentaban los primeros del reino);
15) les preguntó qué se había de hacer con la reina Vasti según la ley, por cuanto no había cumplido la orden del rey Asuero enviada por medio de los eunucos.
16) Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina Vesti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos que hay en todas las provincias del rey Asuero.
17) Porque este hecho de la reina llegará a oídos de todas la mujeres, y ellas tendrán en poca estima a sus maridos, diciendo: El rey Asuero mandó traer delante de sí a la reina Vesti, y ella no vino.
18) Y entonces dirán esto las señoras d Persia y de Media que oigan el hecho de la reina, a todos los príncipes del rey; y habrá mucho menosprecio y enojo.
19) Si parece bien al rey, salga un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes de Persia y Media, para que no sea quebrantado:
Que Vasti no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra que sea mejor que ella.
20) Y el decreto que dicte el rey será oído en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor.
21) Agradó esta palabra a los ojos del rey y de los príncipes, e hizo el rey conforme al dicho de Memucán;
22) pues envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lenguaje, diciendo que todo hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase esto en la lengua de su pueblo.
#2 Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia contra ella.
2) Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Busquen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer;
3) y ponga el rey personas en todas la provincias de su reino, que lleven a todos las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos;
4) y la doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vesti. esto agrada los ojos del rey, y lo hizo así.
5) Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín;
6) el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo transportar Nabucodonosor rey de Babilonia.
7) Y había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya.
8) Sucedio, Pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de la mujeres.
9) Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.
10) Ester no declaró cual era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase.
11) Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.
12) Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis mese con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,
13) entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey.
14) Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre.
15) Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.
16) Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado.
17) Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti.
18) Hizo luego el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, he hizo y dio mercedes conforme a la generosidad real.
19) Cuando las vírgenes eran reunidas la segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey.
20) Y Ester, según le había mandado Mardoqueo, no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester hacía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba.
21) En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, se enojaron Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Asuero.
22) Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Ester, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo.
23) Se hizo investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en el libro de las crónicas del rey.
#3 Después de estas cosas el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata agagueo, y lo honró, y puso su silla sobre todos los príncipes que estaban con él
2) Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se arrodillaban y se inclinaban ante Amán, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba.
3) Y los siervos del rey que estaban a la puerta preguntaron a Mardoqueo: ¿Por qué traspasas el mandamiento del rey?
4) Aconteció que hablándole cada día de esta manera, y no escuchándolos él, lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantendría firme en su dicho; porque él les había declarado que era judío.
5) Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de é; y se llenó de ira.
6) Pero tuvo en poco poner mano a Mardoqueo solamente, pues le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo.
7) En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del Año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar.
8) Y dijo Amán al rey Asueron: Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos en todas las provincias de tu reino, y sus leyes son diferente de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos vivir.
9) Si le place al rey, decrete que sean destruidos; y yo pesaré diez mil talentos de plata a los que manejan la hacienda, para que sean traídos a los tesoros del rey.
10) Entonces el rey quitó el anillo de su mano, y lo dio a Amán hijo de Hamedata agagueo, enemigo de los judíos,
11) y le dijo: La plata que ofreces sea para ti, y asimismo el pueblo, para que hagas de él lo que bien te pareciere.
12) Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes primero, al día trece del mismo, y fue escrito conforme a yodo lo que mandó Amán, a los sátrapas del rey, a los capitanes que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo según su lengua; en nombre del rey Asuero fue escrito, y sellado con el anillo del rey.
13) Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos , niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes.
14) La copia del escrito que se dio por mandamiento en cada provincia fue publicada a todos los pueblos, a fin de que estuviesen listos para aquel día.
15) Y salieron los correos prontamente por mandato del rey, y el edicto fue dado en Susa capital del reino. Y el rey y Amán se sentaron a beber; pero la cuidad de Susa estaba conmovida.
#4 Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor.
2) Y vino hasta delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de la puerta del rey con vestido de cilicio.
3) Y en cada provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio y ceniza era la cama de muchos.
4) Y vinieron las doncellas de Ester, y sus eunucos y se lo dijeron. Entonces la reina tuvo gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mardoqueo, y hacerle quitar el cilicio; mas él no los aceptó.
5) Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, con orden de saber qué sucedía, y por qué estaba así.
6) Salió, pues, Hatac a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, que estaba delante de la puerta del rey.
7) Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho que pesaría para los tesoros del rey a cambio de la destrucción de los judíos.
8) Le dio también la copia del decreto que le había sido dado en Susa para que fuesen destruidos, a fin de que la mostrase a Ester y se lo declarase, le encargara que fuese ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pueblo.
9) Vino Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo.
10) Entonces Ester dijo a Hatac que le dijese a Mardoqueo:
11) Todos los siervos del rey, y el pueblo de la provincias del rey, saben que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin llamarlo, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días.
12) Y dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester.
13) Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escapará en la casa del rey más que cualquier otro judío.
14) Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; más tu y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?
15) Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo:
16) Ve y reúne a todos los judíos que se hallen en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
17) Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.
#5 Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento real, enfrente de la puerta del aposento.
2) Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro.
3) Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.
4) Y Ester dijo: Si place al rey, vengan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado para el rey.
5) Respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para hacer lo que Ester ha dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete que Ester dispuso.
6) Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida.
7) Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi demanda es esta:
8) Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
9) Y salió Amán aquel día contento y alegre de corazón; pero cuando vio a Mardoqueo a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra Mardoqueo.
10) Pero se refrenó Amán y vino a su casa, y mandó llamar a sus amigos y a Zeres su mujer,
11) y les refirió Amán la gloria de sus riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que el rey le había engrandecido, y con que le había honrado sobre los príncipes y siervos del rey.
12) Y añadió Amán: También la reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado por ella con el rey.
13) Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey.
14) Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.
#6 Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.
2) Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero.
3) Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.
4) Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él tenía preparada.
5) Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio, Y el rey dijo: Que entre.
6) Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se le hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?
7) Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey,
8) traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza;
9) y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
10) Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho.
11) Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de: Así se hará al varón cuya honra sesea el rey.
12) Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.
13) Contó luego Amán a Seres su mujer y a todos sus amigos, todo lo que le había acontecido.
Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de é.
14) Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, para llevar a Amán al banquete que Ester había dispuesto.
#7 Fue pues el rey con Amán al banquete de la reina Ester.
2) Y en su segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester: ¿Cuál es tu petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será otorgada.
3) Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por petición, y mi pueblo por mi demanda.
4) Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un daño irreparable.
5) Respondió el rey Asuero, y dijo a la reina Ester: ¿Quién es y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para hacer esto?
6) Ester dijo: El enemigo y adversario es este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey y de la reina.
7) Luego el rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para suplicarle a la reina Ester por su vida; porque vio que estaba resuelto para él el mal de parte del rey.
8) Después el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había caído sobre en el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey: ¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán.
9) Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella.
10) Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.
#8 El mismo día, el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester le declaró lo que él era respecto a ella.
2) Y se quitó el rey el anillo que recogió de Amán, y lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán.
3) Volvió luego Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán agagueo y su designio que había tramado contra los judíos.
4) Entonces el rey extendió a Ester el cetro de oro, y Ester se levantó, y se puso en pie delante del rey,
5) y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si le parece acertado al rey, y yo soy agradable a sus ojos, que se dé orden escrita pata revocar las cartas que autorizan la trama de Amán hijo de de Hamedata agagueo, que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey.
6) Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?
7) Respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo el judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos.
8) Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en el nombre del rey, y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado.
9) Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es de Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a todo lo que mando Mardoqueo, a los judíos, y a los sátrapas, los capitanes y los príncipes de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.
10) Y escribió en nombre del rey Asuero, y lo selló con el anillo del rey, y envió cartas por medio de correos montados a caballos veloces procedentes de los repastos reales;
11) que el rey daba facultad a los judíos que estaban en todas las ciudades, para que reuniesen y estuvieran a la defensa de su vida, prontos a destruir, y matar, y acabar con toda fuerza armada del pueblo o provincia que viniese contra ellos, y aun sus niños y mujeres, y apoderarse de sus bienes,
12) en un mismo día en todas las provincias del rey Asuero, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.
13) La copia del edicto que había de darse por decreto en cada provincia, para que fuese conocido por todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen preparados para aquel día, para vengarse de sus enemigos.
14) Los correos, pues, montados en caballos veloces, salieron a toda prisa por la orden del rey; y el edicto fue dado en Susa capital del reino.
15) Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real azul y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. La ciudad de Susa entonces se alegró y se regocijó;
16) y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra.
17) Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos.
#9 En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece días del mismo mes, cuando debía ser ejecutado el mandamiento del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban enseñorearse de ellos, sucedió lo contrario; porque los judíos se enseñorearon de los que los aborrecían.
2) Los judíos se reunieron en sus ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para descargar su mano sobre los que habían procurado su mal, y nadie los pudo resistir, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.
3) Y todos los príncipes de las provincias, los sátrapas, capitanes y oficiales del rey, apoyaban a los judíos; porque el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos.
4) Pues Mardoqueo era grande en la casa del rey, y su fama iba por todas las provincias; Mardoqueo iba engrandeciéndose más y más.
5) Y asolaron los judíos a todos sus enemigos a filo de espada, y con mortandad y destrucción, e hicieron con sus enemigos como quisieron.
6) En Susa capital del reino mataron y destruyeron los judíos a quinientos hombres.
7) Mataron entonces a Pasandta, Dalfón, Aspata,
8) Porata, Adalía, Aridata,
9) Parmasta, Arisai, Aridaiy Vaizata,
10) diez hijos de Amán hijo de Hamedata, enemigo de los judíos; pero no tocaron sus bienes.
11) El mismo día se le dio cuenta al rey acerca del número de los muertos en Susa, residencia real.
12) Y dijo el rey a la reina Ester: En Susa capital el reino los judíos han matado a quinientos hombres, y diez hijos de Amán. ¿Qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál, pues, es tu petición? y te será concedida; ¿o qué más es tu demanda? y será hecha.
13) Y respondió Ester: Si place al rey, concédase también mañana a los judíos en Susa, que hagan conforme a la ley de hoy; y que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.
14) Y mandó el rey que se hiciese así. Se dio la orden en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.
15) Y los judíos que estaban en Susa se juntaron también el catorce del mes de Adar, y mataron en Susa a trescientos hombres; pero no tocaron sus bienes.
16) En cuanto a los otros judíos que estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se pusieron en defensa de su vida, y descansaron de sus enemigos, y mataron de sus contrarios a setenta y cinco mil ; pero no tocaron sus bienes.
17) Esto fue en el día trece del mes de Adar, y reposaron en el día catorce del mismo, y lo hicieron día de banquete y de alegría.
18) Pero los judíos que estaban en Susa se juntaron el día trece y el catorce del mismo mes, y el quince del mismo reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.
19) Por tanto, los judíos aldeanos que habitan en las villas sin muro hacen a los catorce del mes de Adar el día de alegría y de banquete, un día de regocijo, y para enviar porciones cada uno a su vecino.
20) Y escribió Mardoqueo estas cosas, y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanos y distantes,
21) ordenándoles que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y el decimoquinto del mismo, cada año,
22) como días en que los judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes que de tristeza se les cambió de alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquetes y de gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres.
23) Y los judíos aceptaron hacer, según habían comenzado, lo que les escribió Mardoqueo.
24) Porque Amán hijo de Hamedata, apagueo, enemigo de todos los judíos, había ideado contra los judíos un plan para destruirlos, y había echado Pur, que quiere decir suerte, para consumirlos y acabar con ellos.
25) Mas cuando Ester vino a la presencia del rey, él ordenó por carta que el perverso designio que aquél trazó contra los judíos recayera sobre su cabeza; y que colgaran a él y a sus hijos en la horca.
26) Por esto llamaron a estos días Purim, por el nombre Pur. Y debido a las palabras de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre esto, y lo que llevó a su conocimiento,
27) los judíos establecieron y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada año;
28) y que estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, familias, provincias y ciudades; que estos días de Purim no dejarían de ser guardados por los judíos, y que su descendencia jamás dejaría de recordarlos.
29) Y la reina Ester hija de Abihail, y Mardoqueo el judío, suscribieron con plena autoridad esta segunda carta referente a Purim.
30) Y fueron enviadas cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete provincias del rey Asuero, con palabras de paz y de verdad,
31) para confirmar estos días de Purim en sus tiempos señalados, según les había ordenado Mardoqueo el judío y la reina Ester, y según ellos habían tomado sobre sí y sobre sus descendientes, para conmemorar el fin de los ayunos y de su clamor.
32) Y el mandamiento de Ester confirmó estas celebraciones acerca de Purim, y esto fue registrado en un libro.
#10 El rey Asuero impuso tributo sobre la tierra y hasta las costas del mar.
2) Y todos los hechos de su poder y su autoridad, y el relato sobre la grandeza de Mardoqueo, con que el rey le engrandeció, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Media y de Persia?
3) Porque Mardoqueo el judío fue el segundo después del rey Asuero, y grande entre los judíos, y estimado por la de sus hermanos, porque procuró el bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje.
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